La televisión nos proporciona temas sobre los que pensar, pero no nos deja tiempo para hacerlo.
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Gilbert Cesbron (1913-1979) Escritor francés.
Un periódico consta siempre del mismo número de palabras, haya noticias o no las haya.
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Henry Fielding (1707-1754) Novelista, autor teatral y jurista inglés.

viernes, 8 de julio de 2011

Ni la mentira ni la verdad: medios y comunicación

La comunicación debe ser de habla y escucha porque poder expresarnos es un camino a la libertad, debe ser respetuosa, diversa y democrática; todos debemos tener acceso a la comunicación y poder hacernos escuchar y también escuchar a los demás. Esto es importantísimo porque a partir de esto podemos entender la realidad de otra manera, aprender de los demás y captar distintos puntos de vista, elegir qué tomar de lo que escuchamos y qué no, y también podemos decidir por qué optar y qué creer. No todo es mentira, ni todo es verdad (si es que existe alguna), sobretodo lo que obtenemos diariamente a partir de los medios y que muchas veces lo tomamos como una verdad indiscutible.
La comunicación tiene que ver con los distintos modos de decir las cosas, hasta los silencios son importantes, ya que el silencio posibilita la comunicación y muchas veces hasta el vacío que proviene o nos hace sentir éste, nos podría llevar a pensar cuán importante es la comunicación y que sin ella se ocultaría o se dejarían de lado más aspectos aún que aquellos que se tratan de ocultar o que no se les da importancia. Aquellos silencios pueden transmitir cosas terribles como evadir ciertos asuntos importantísimos o también querer transmitir algo en la sociedad. Somos sujetos con miedos, deseos, necesidades y opiniones. Todo lo que se transmite en cierto modo es subjetivo, lo que obtenemos cotidianamente para informarnos o para des-aburrirnos un rato tiene que ver con los hábitos, las costumbres de aquél que lo produce y también piensa en lo que el público quiere consumir. Por otro lado, eso existe porque nosotros también poseemos hábitos, deseos, curiosidad y la necesidad de enterarnos de lo que pasa alrededor. Por ende, no debemos caer en la trampa de aceptar todo lo que nos transmite una pantalla o la radio, pero debemos ser amplios y poder disfrutar teniendo en cuenta lo anterior para facilitarnos la tarea de construir nuestra visión del mundo, poder decidir sobre cuanto queremos que influyan los medios sobre nosotros; los miedos ajenos; los hábitos de la sociedad y los fines de estos medios que muchas veces tratan de satisfacer a una sociedad en su conjunto, pero que no llena o no convence a uno mismo.
Entonces si lo que obtenemos tiene que ver con lo que siente, desea transmitir o padece cierto sujeto o sujetos que están detrás de nuestra pantalla, detrás de cada diario que leemos o cada cosa que escuchamos en la radio, esta subjetividad armaría una realidad; la realidad de aquél que está queriendo transmitir, pero no necesariamente debe ser nuestra realidad o es la verdad. Muchas veces se piensa en lo que la gente desea consumir y cuando el objetivo es que la gente consuma no habrá más que una realidad ajustada a esos objetivos, no importa el contenido poco productivo que se muestre o que se transmita, no importa que sean programas que glorifiquen la burla o un programa que no nos haga pensar o crecer como personas, no importa que nos vendan programas que degraden nuestra cultura o fomenten lo peor del ser humano; la idea es reemplazar una realidad por un reflejo de ella para ir creando más y más noticias a partir de ésta. Muy productivo en términos económicos para el que transmite, pero muy pobre para aquellos que se instalan las 24 horas frente a un televisor, por ejemplo. Dos horas, tres horas, sabiendo lo que nos ofrecen los medios, teniendo consciencia, no tendría que ser dañino teniendo en cuenta que constantemente intercambiamos información con pares y nos enriquecemos con diversos modos de ver las cosas. Muchas veces lo que criticamos nos atrapa, nos atrae lo diferente, nos hace reír, y es que en cierta forma lo que buscan los medios es tener armas para producir este efecto en nosotros: que nos interese. Lo dañino tiene que ver con aferrarse a la verdad de los medios como si fuera la absoluta, o mimetizarse con los programas que no aportan demasiado y hasta que a veces transforman y deforman la información pensando cómo llenarse los bolsillos.
Hay otros medios que pueden aportarnos más y que tienen que ver más con el enfoque hacia la comunicación como derecho y como función social; más allá de los realitys; juegos y programas relacionados con tener el más alto ratting. Los últimos nos pueden parecer más divertidos pero podríamos combinarlos con los anteriormente mencionados para crecer más como personas y no quedarnos con una sóla cara de la misma moneda. Hay diversos medios, uno puede elegir qué tipo de medio quiere consumir o puede tomar de todos y a través de la experiencia sacar conclusiones.
La clave cuando nos sentamos a mirar la televisión, o nos ponemos a escuchar la radio es entender que detrás de toda información, comentario u opinión hay un ser humano igual que nosotros: que tiene miedos, esperanzas, ilusiones, intereses, ganas de transmitir lo que se le ocurra y que tiene en sus manos el instrumento perfecto para hacerlo. No debemos tomar todo o cualquier cosa. Debemos poder elegir, poder analizar pero no privarnos de disfrutar.
Vivir sabiendo que no hay verdades absolutas pero que tampoco hay puras mentiras remotas.


Miranda Bonhome